jueves, 6 de enero de 2011

Dia 11 - Iruya

Nos levantamos en Humahuaca con un no muy grato episodio: sofi cuando estabamos saliendo del hostel, rompió una lampara, según el viejo casi una reliquia de su querida esposa, tuvimos que pagar $100.
El viaje hacia Iruya era casi todo por ripio, con un espacio donde solo entraba el colectivo, por lo que los apenas 50 km de viaje, se hacían en 2 hs y media. Bastante vertigionoso el viaje ya que eran subidas y bajadas por montañas, por lo que al mirar para afuera, siempre se veían precipicios, nos ibamos adentrando en las montañas de colores con gran cantidad de formas. Finalmente, llegamos a Iruya, un pequeñisimo pueblo en la cima de una montaña, con sus empinadas callecitas de empedrado. Hacer dos cuadras nos costaba bastante, tanto por la altura como por lo empinadas que eran. Predominan en Iruya los comedores, donde se ofrece un poco de todo, sobre todo empanadas. Llegamos a donde dormiríamos, no era un hostel, sino una casa de familia, con muchas habitaciones y un ´"balcón" donde se podía ver gran parte del paisaje de Iruya, nos quedamos ahí tomando unos mates con los chicos, y luego seguimos con mas lectura del Che Guevara. Subimos al mirador a unos 10 min de caminata, nos quedamos un rato observando las montañas que nos rodeaban y el cielo negro que nos perseguía. Volvimos, tomamos la leche, charlamos, leyendo, jugando a la cartas, y decidiendo como ibamos a llegar a Bolivia, porque según los diarios todos los colectivos, estaban parados por la suba del precio de la nafta. Mas tarde comimos unas empanadas y nos quedamos hablando hasta tarde en nuestra habitación.

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